lunes, 6 de junio de 2016

Mentalidad de Siervo


*Un siervo no nace, se hace* 
Tal vez sea un poco confuso, pero intentare dejarlo muy en claro: 


Un siervo es manifiesto en todo momento, no es lo mismo efectuar un trabajo que realizarlo con una actitud correcta. Los siervos verdaderos están disponibles para servir sin importar el trabajo que realicen, el tiempo que les sea demandado, los recursos que tenga que invertir, siempre están listo para realizar sus deberes y sobre todo recibirlos y ofrecer su servicio de una forma llena de gozo y amor por los demás. 

Ser un siervo de Dios implica rendición total, renunciar a tu horario y permitirle a Dios que lo interrumpa en cualquier momento que así lo demande, particularmente Dios me ha permitido servirle escribiendo por horas en un horario en el que la gran mayoría descansan, debo decir con honestidad que tarde mucho tiempo en acostumbrarme y que una vez que pensé en haberlo logrado, el fluir de esta necesidad se detuvo por qué, solo Dios lo sabe, pero vivo esperando la oportunidad para volverle a servir de esta forma. 


"Hay muchos servidores, pero pocos Siervos", esto quiere decir que cada vez son más las personas que deciden involucrarse en tareas del plan de salvación o bien en actividades de la iglesia, y aunque en el fondo sus deseos son buenos, su actitud de ofrecerse para determinado servicio quizá no sea la correcta. 

Los siervos verdaderos prestan atención a las necesidades que demanda determinado servicio, siempre están atentos incluso pueden parecer molestos pues desean ayudar a otros, cuando ven la necesidad, ven la oportunidad que habían estado esperando para servir a alguien más, los siervos hacen cosas hermosas y maravillosas con lo que tienen a su alcance, no presentan excusas, ni postergan, ni esperan mejores circunstancias. 

A la luz de la palabra Colosenses 3:23 nos enseña "Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el señor y no como para nadie en este mundo". Algo que me fascina de un siervo es su fidelidad al ministerio en el que Dios los ha puesto, terminan sus tareas, cumplen con sus asignaciones y mantienen su palabra en todo momento. 

Tengo la dicha de conocer a un par de personas con esta mentalidad y algo que me llama mucho la atención es que al termino de sus tareas siempre preguntan "Que sigue", en lo personal una persona así me brinda confianza, siempre se mantiene en bajo perfil, no busca ser promovido sino más bien ser de utilidad, con frecuencia viven lejos del protagonismo y del reconocimiento, incluso al ser tan necesarios parecen ser olvidados, pero es Dios mismo el que evalúa su servicio, no viven ni sirven para el aplauso de alguien más o la aprobación es más me atrevo a pensar que les molesta determinadas acciones para reconocer su servicio ante otras personas. 

Dios está muy interesado en el por qué hemos decidido hacer determinado servicio que en que lo hacemos. Jesús mismo en la noche en la que habría de ser entregado, tomo una toalla e hizo el acto más notable que la historia pueda haber registrado, me refiero al "lavamiento de pies", pues al hacerlo nos dejó un legado de humildad y sencillez, una verdadera actitud de servicio por alguien más. 

Los siervos se ocupan no se preocupan: 

Sé que parece contradictorio, pero a la luz de la verdad debe saber que hacer el trabajo que Dios le asigno a un siervo nunca representa una carga pesada, más bien es algo de gusto y de valía, basan su identidad en el ejemplo de Cristo, no se siente amenazados por recibir tareas menores y sin embargo son las personas más preparadas para realizar tareas mayores. 

Estoy seguro que alguna vez has pensado en servir, pues bien debo decirte que no importa en donde lo hagas, ni que es lo que hagas, sino más con bien con que actitud lo hagas, lograr ser un siervo es un trabajo que comienza con la mentalidad correcta, el actuar perfecto según el ejemplo de Jesús, es decir la actitud de servicio. Después de todo cualquiera puede servir, pero contados son los que logran alcanzar la mentalidad de siervo. 

Colosenses 3:23, Génesis 39:1, Lucas 2:29, Numeras 12:7, Génesis 26:24, Éxodo 32:13, 2 Samuel 8:2.

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