lunes, 23 de noviembre de 2015

Hay que desterrar de Campeche el chisme, el rumor, el chantaje y la discordia


[Extracto de la nota de Gerardo Romero Olivera]

No hay nada que cause más daño a una sociedad o a un gobierno que centrar sus acciones dentro de un clima donde prevalece el chisme, el rumor, el chantaje y la discordia, pues ningún país, estado, municipio o comunidad que vive afectado por estos “yugos” logra su desarrollo pleno y, más temprano que tarde, tanto su gobierno como su pueblo, lamentarán haber desperdiciado su tiempo en enfrentamientos estériles que truncaron no solo el desarrollo político, económico y social del lugar donde habitan y conviven a diario, sino que dejaron en el sendero de un negro camino el futuro de sus hijos y familias, todo por no ponerse de acuerdo en llevar, gobierno y pueblo, sus causas y esfuerzos por el rumbo del entendimiento mutuo, basados en el respeto y la aportación de ideas y proyectos que los motiven a alcanzar las metas de progreso y desarrollo que todos anhelamos.
El cuchicheo por ocurrencia, el repetir lo que otros dicen solo porque sí, el exigir algo sin merecerlo so pena de que si no lo haces te va a ir mal y el sembrar el odio y el rencor solo por joder o por ser producto de traumas personales, lamentablemente son malas actitudes de las que algunos individuos han hecho su modus vivendi en Campeche, y es una pésima moda-cultura que en cada cambio de gobierno estatal y municipal abunda y se convierte en el “cáncer” que detiene la marcha de la entidad y la sigue dejando rezagada en todos los sentidos.
Es una pena que aun en estos tiempos de modernidad y avances tecnológicos, los campechanos sigamos dependiendo de Mérida, ya no digamos para requerir atención médica especializada, sino para conseguir una simple refacción automotriz; además de que muchos prefieren ir con los boxitos para compras y paseos por sus grandes plazas comerciales.

Fotografía de: Enrique Isaias Rodriguez Solis

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