lunes, 17 de agosto de 2015

LOS TATUAJES

El día de hoy una persona recién convertida con una gran cantidad de tatuajes en su cuerpo me platico algunos fragmentos de su experiencia personal que me hicieron reflexionar acerca de la importancia de saber ser padres en la vida de nuestros hijos.

Con el permiso debido:
(Cito Textualmente)  

Amigo he llegado a la conclusión de que en la mayoría de los casos, los padres quieren a sus hijos (sentido de pertenencia) pero esto definitivamente no es lo mismo que amarlos (sentido de responsabilidad).
Desde que me puse el primer tatuaje espere que mis padres (Papá, Mamá) me llamaran la atención, es más, creo que deseaba que me regañaran fuerte y quizá hasta me golpearán, pero eso no sucedió, lo que único que logre es que se sentaran a platicar conmigo acerca del dolor que sentí, el cómo lo resistí, y de lo loca que estaba por atreverme hacerlo, echándome porras y demás.
El primer tatuaje lo hice como una forma Loca, quizá hasta sin sentido intentando llamar su atención y aunque obtuve el cometido, no fue para nada bien porque eso desencadeno el deseo de libertad sobre mis propias decisiones y porque no, también sobre mi propio cuerpo. El segundo tatuaje fue más grande que el primero, tenía que demostrarme a mí misma que aunque fuera mujer era lo suficientemente capaz  de aguantar el dolor del que apenas un puñado de hombres podrían resistir. El tercero fue el nombre de aquel novio que tenía en eso entonces, lleno de tatuajes, aretes en las orejas, nariz, labios y un coqueto piercing en la boca que lo hacía verse a la onda y desde luego inexplicablemente extraño y atractivo para toda chica que me viera con él, por cierto duro 2 semanas más conmigo y se fue con otra chica más tatuada que yo argumentando que ella sí que tenía valor.
Los siguientes tatuajes fueron cada vez más y más discretos intentando experimentar un derroche de sensualidad en partes exclusivas que solo verían aquellas personas con un permiso especial, después de todo era joven y tenía aún mucho camino por recorrer. Desde luego un tatuaje en partes sensibles, es mucho pero mucho más doloroso que en cualquier parte del cuerpo, de hecho uno de ellos me provocó una terrible infección de la que tuve que estar hospitalizada por un mes y con una serie de cuidados especiales.
Hoy soy madre, tengo un esposo maravilloso que me ama y me ha aceptado a pesar de las circunstancias de mi vida y una gran cantidad de tatuajes que llevo sobre mi cuerpo, por momentos quisiera arrancarlos de mi cuerpo, borrarlos como se hace en una computadora, lamentablemente eso no es posible, pero hoy entiendo el daño que conlleva un tatuaje sobre mi cuerpo y sé también que como Madre es mi responsabilidad la integridad física, emocional y espiritual de mis hijos, porque algún día responderemos ante Dios por esos hermosos y preciados regalos que Dios nos regaló, que son “Nuestros hijos”.  


Si lo amas cuídalo, si lo quieres mantenlo… 

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